Otras características de este peculiar sistema GNU/Linux son, según sus desarrolladores, el hecho de que sea tres veces más rápido que Windows 10, el servir un total de más 80.000 aplicaciones entre las preinstaladas y las suministradas desde los repositorios, acceso a Steam y al polémico driver de NVIDIA y el no requerir de licencias ni claves de activación para utilizarlo. ¿Hay más? Pues sí, tampoco te espía, y es que la privacidad es otro de los puntos cuestionados del último sistema operativo de Microsoft. Por último, el hecho de basarse en Linux Lite tendría que permitirle nutrirse de al menos buena parte del soporte de terceros disponible para Ubuntu.
Más allá de parecerse estéticamente a Windows 10 y exponerse a una posible demanda por violación de propiedad intelectual, Windows 12 Lite no deja de ser una propuesta que se aprovecha del fin de ciclo de Windows 7. Viendo la excesiva fragmentación dentro del panorama GNU/Linux, los usuarios finales que quieran tener buen soporte harían mejor en apostar por Linux Mint o Kubuntu, y si tienen cerca a algún conocido con conocimientos, pedirle que prepare un Debian Stable con backports y el software imprescindible también puede ser una excelente solución para un escritorio básico.
Fuente : linuxblog
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