El alma de este pequeño autómata es Airos, un software que permite a AISoy1 tomar decisiones a través de la evaluación de los impactos que éste recibe sobre sus objetivos. Estos van desde los más vitales, como la alimentación o la seguridad, a más elevados "como la necesidad de amor o libertad".
A diferencia de otros robots, estas respuestas no son reglas básicas aplicadas sobre un motor de decisión, sino que responden una escala propia de valores y reglas de convivencia inculcadas a este "ser emocional" por sus creadores.
Por otro lado, AISoy1 es capaz de aprender de sus experiencias y predecir comportamientos y respuestas en base a éstas. A percibir e interpretar esta realidad le ayudan los sensores de tacto, audio, imagen, luz o fuerza integrados en su 'esqueleto', a los que acompañan cuatro miniservos encargados de mover las cejas, párpados y cabeza de este robot para representar hasta catorce estados emocionales diferentes.
En cuanto a sus características técnicas, AISoy1 funciona con Linux, "un sistema operativo tan vivo como el propio robot", sobre el que se ejecutan los programas, incluye hasta setenta LED en la boca para expresar sentimientos, una cámara de un megapíxel en su ojo izquierdo para recoger instantáneas, un micrófono y altavoz integrados en la zona del 'corazón', una ranura para tarjetas miniSD, conexión miniUSB y una batería de cuatro a cinco horas de duración.
Según ha explicado Diego García, este robot "al que le gusta divertirse y divertir" está destinado al mercado de consumo, por lo que incluirá diferentes funciones como emoticonos, reproducción de música, captura y reproducción de voz e imágenes y un servicio de Twitter para actualizar su estado en la Red. "Es solamente el comienzo", ha advertido este ingeniero, quien asegura que "como ser vivo que es, AISoy1 seguirá evolucionando con la ayuda de los usuarios".
Fuente: HoyTecnologia
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