En 1991, mientras Tim Berners-Lee aún se encontraba diseñando su proyecto de una 'World Wide Web' basada en el protocolo HTTP, cuatro investigadores de la Universidad de Minnesota liderados por Mark P. McCahill, el inventor de las URLs, presentaron al mundo el protocolo Gopher.
El objetivo era facilitar la distribución, búsqueda y recuperación de información online a usuarios que, hasta ese momento, sólo contaban para ello con los repositorios FTP y las históricas BBS (basadas en el protocolo Telnet). Y hacerlo, además, de tal forma que la carga tanto para el servidor como para el cliente fuera mínima, de tal modo que permitiera usar pequeños PCs personales para ambas tareas.
Su funcionamiento se basaba en presentar a los usuarios menús compuestos de directorios, subdirectorios y artículos (que podían ser HTML, como ahora, o de texto) o archivos descargables, a modo de un sistema de ficheros.
Gopher rápidamente creció tanto que, en 1992, dos investigadores de la Univ. de Nevada lanzaron el primer gran motor de búsqueda de Internet, Veronica (retroacrónimo del inglés* 'Very Easy Rodent-Oriented Netwide Index to Computerized Archives'*), capaz de realizar búsquedas en toda la 'gopheresfera'.
Un dominio corto
Sin embargo, al año siguiente, ocurrieron tres hechos que terminarían desencadenando el fin de los tres años de reinado de Gopher y su sustitución por el protocolo HTTP de la WWW:
-
El 30 de abril, cuando Berners-Lee juzgó que ya había madurado suficientemente su proyecto de una 'Wolrd Wide Web' basada en hipertexto, el CERN lo presentó de forma pública.
-
Por las mismas fechas, el NCSA lanzaba Mosaic, el primer navegador web gráfico de la historia. Y si bien era compatible con el protocolo Gopher, ponía su acento en las tecnologías HTTP, lo que contribuyó a que el nuevo público que se subía al carro de Internet viera Gopher como un mero subconjunto de la WWW.
-
La Universidad de Minnesota tuvo la brillante idea de exigir que las instituciones que se lucraban de alguna manera con Gopher empezaran a pagar una tarifa por licenciar la tecnología necesaria. Y lo hizo de un modo tan agresivo que sembró la desconfianza, incluso, entre las instituciones no-comerciales.
Así, pese a que las primeras versiones de los navegadores de Mozilla y Microsoft eran, como Mosaic, compatibles también con Gopher, en muy pocos años dejaron de dar soporte al moribundo protocolo.
Pero lo anterior no fue la única razón que provocó que Gopher quedara borrado del mapa: resultó también fundamental que la nueva WWW se centrase en la publicación de contenidos, no en su consulta jerarquizada y ordenada.
En 1991, la limitación del ancho de banda no permitía soñar con ofrecer una experiencia multimedia online. Pero eso cambió rápidamente y, para entonces, la propuesta de Berners-Lee permitía ofrecer una experiencia de usuario mucho más vistosa que la de Gopher —gracias, por ejemplo, a su compatibilidad con Javascript y los applets Java—.
¿Gopher ya dejó de ser utilizado?
Siguen existiendo algunos servidores que lo utilizan, la mayoría de ellos en el ámbito 'geek' y/o universitario, y software especializado, compatible con el mismo. Además, existen dos grandes opciones para ahcer uso del mismo desde nuestros navegadores web habituales:
-
Hacer uso de una 'pasarela HTTP-Gopher' que, a modo de proxy, nos traduzca el tráfico gopher a HTML/HTTP. GopherProxy y Floodgap.com son dos buenas opciones.
-
Recurrir a las extensiones de navegador (Chrome, Firefox y compatibles) y/o la app para Android del proyecto Overbite, igualmente vinculado a Floodgap.
Existe una pequeña, pero creciente, comunidad de internautas que siguen soñando con un Internet más ligero y seguro, menos enfocado a la publicidad y menos dependiente de las APIs. Algunos de ellos recurren a medidas algo excéntricas, como crear webs basadas en PDF… pero, para otros, Gopher (ya sea directamente, ya sea a través de su sucesor, aún tiene mucho futuro por delante).
Fuente: https://www.genbeta.com/