Actualizar el software es nuestra primera línea de defensa. Nos libra de ataques constantes como el secuestro de ficheros (ramsonware) por parte de delincuentes digitales que nos pedirán un rescate monetario para recuperarlos, de infecciones de virus o del ataque de troyanos. Las grandes empresas del software y muchas de las personas más inteligentes del mundo en el campo del software libre trabajan duro para que todos podamos tener una vida digital más segura, lo menos que puedes hacer es respetar su trabajo y configurar tus dispositivos para que se actualicen automáticamente.
Siempre que puedas, y el bolsillo te lo permita, utiliza tu propia conexión de datos
El segundo gran punto es revisar las conexiones que utilizamos. La Wi-Fi de nuestra casa puede estar llena de agujeros de seguridad aprovechados por tus vecinos para colarse en ella. Revisa que no haya nadie conectado a tu Wi-Fi, y evita siempre en lo posible conectarte a las redes gratuitas de sitios públicos como centros comerciales. Intentarán acceder a la información de tu teléfono móvil, ver qué aplicaciones tienes instaladas y en muchos casos incluso saber qué claves utilizas para tu correo electrónico, tus redes sociales, etc.
Siempre que puedas, y el bolsillo te lo permita, utiliza tu propia conexión de datos, que permanecerá privada entre tu teléfono y la antena, salvo catástrofe digital que lo impida. Si puedes pagar una conexión segura a través de un VPN de pago, mejor que mejor. Muchas empresas fuerzan a sus trabajadores a utilizarlas en todo momento, y tus datos siempre estarán más seguros circulando de forma privada a través de ellas.
En tu email: dos claves para estar seguro En cuanto a tu correo electrónico, hay dos normas básicas a tener en cuenta: no descargar archivos adjuntos de nadie que no conozcas y no confiar en correos que te pidan rellenar tu contraseña por algún motivo, sea cual sea.
El primer caso es uno de los más típicos y viejos conocidos: un fichero aparentemente inofensivo de Word, ZIP o PDF puede contener código malicioso que se apodere de tu ordenador, hacer que descargues programas raros o peor aún. Manten tu navegador web actualizado y si tienes dudas de quién te lo ha enviado, no lo abras. Pregunta a algún familiar o amigo que sepa un poco más de Internet. Un consejo rápido para estos archivos sospechosos, si tienes un iPad o un iPhone, prueba a abrirlos desde ahí en vez del ordenador. Son dispositivos más seguros y con menos capacidad de ser atacados.
El segundo ejemplo también requiere estar un poco atento a las cosas que hacemos, si recibes un correo con el título o el propio mensaje escrito de forma rara, con espacios entre las palabras, en inglés u otros idiomas que desconoces, lo más seguro es borrarlo. Si recibes otro de tu banco, una red social o una tienda online afirmando que tienes que introducir tu contraseña por sorpresa (sin haber solicitado tú el cambio), también bórralo.
fuentes:.lavanguardia.com
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