Esto mismo ocurrió con el plan Conectar Igualdad, que busca desarrollar su propia plataforma basada en GNU-Linux adaptada a las necesidades de la comunidad educativa, tanto para los docentes como para los alumnos.
La inciativa comenzó a tomar forma en 2010, cuando Javier Castrillo comenzó a trabajar en Conectar Igualdad, el programa del gobierno nacional que distribuye computadoras portátiles para alumnos y docentes de escuelas públicas. Desde aquel momento, con el antecedente de haber coordinado la implementación de estas iniciativas en el ambiente educativo, impulsó con su equipo el desarrollo de Huayra, el sistema operativo libre basado en GNU-Linux de las netbooks escolares.
"Debido al porte de este programa era necesaria una plataforma estable, libre, un estándar y sobre todo con soberanía tecnológica, para no depender de ninguna corporación. Con nuestro sistema nos aseguramos que va a ser constante en el tiempo, que va a ser gratuito para todos aquellos que lo quieran descargar y, por sobre todas las cosas, libre. Todo el código está publicado a disposición para que cualquiera que tenga los conocimientos lo pueda auditar y modificar", asegura Javier Castrillo, coordinador del Proyecto Huayra.
Javier Castrillo, responsable del proyecto Huayra para las netbooks de Conectar Igualdad. Foto: LA NACION / Ezequiel Muñoz En una entrevista exclusiva con LA NACIÓN , Javier Castrillo habla sobre la plataforma, sus características y los prejuicios que aún existen sobre el software libre.
¿Qué es Huayra?
Es el sistema operativo libre que las netbooks del Programa Conectar Igualdad van a traer instaladas a partir de este año. Además cualquier persona puede descargarlo en su máquina desde huayra.conectarigualdad.gob.ar
Está basado en Debian GNU/Linux, es seguro, ágil y con un desarrollo realizado en la Argentina, teniendo en cuenta las necesidades tanto de estudiantes como de docentes, y manteniendo nuestra identidad nacional.
¿En qué instancia se encuentra el desarrollo?
Está en fase Beta pero ya se puede bajar y utilizar.
Un mito presente en este tipo de plataformas es que muchas personas creen que no hay virus porque no se conoce mucho. Esto no es verdad, no hay virus porque el sistema no admite virus porque, como dije, está todo a la vista. Los servidores de la bases de datos de los bancos, las grandes bases de datos importantes son de código libre, Google es libre, por ejemplo.
¿Por qué pensaron que era necesario desarrollar un sistema operativo basado en software libre?
Porque se estaban dejando tres millones y medio de máquinas en manos de una corporación, que tiene intereses económicos y sus tiempos. Asimismo, por ejemplo, si queríamos hacer un procesador de texto para las comunidades aborígenes no podíamos hacerlo porque no es posible traducir el Word o si necesitábamos adaptar la placa de red, según el tipo de servicio de determinada zona también teníamos inconvenientes. Tener un software de una empresa es como comprarte un auto y tener el capó soldado.
¿Cuáles son las ventajas que presenta utilizar Huayra frente a Windows?
Es libre y puede ser utilizado por cualquier persona de la comunidad; es gratuito, y ofrece la libertad de poder administrar ese código y hacer las reformas que queremos. Uno de los problemas que veíamos era que los profesores traían un programa para compartir con los chicos y ponían el pendrive en cada computadora y lo bajaban, sin darse cuenta que podían utilizar la red de la escuela. Lo que sucede es que configurar una red no es algo trivial. Huayra, en cambio, autoconfigura la red entonces el profesor deja el programa directamente en una carpeta especial que comparte y los alumnos entran allí para utilizar el programa.
Diversas capturas de pantalla de la interfaz de Huayra, el sistema operativo basado en Linux desarrollado para las netbooks de Conectar Igualdad. Foto: ArchivoFoto 1 de 5
¿En qué se benefician los alumnos al utilizar Huayra?
Que el Estado les brinde su propio sistema operativo libre es un beneficio implícito es más seguro y mucho más rápido. Además, está pensado para que corra en las máquinas más livianas y también funciona bien en las máquinas más viejas.
Otra gran ventaja para los chicos es que tienen una herramienta que sale de la propia escuela, con las necesidades y el aporte de su institución. Hay cientos de aplicaciones del equipo de Huayra y aportadas por las comunidades escolares. En total son casi 30.000 piezas de software.
¿La interfaz es similar a la de Windows o los usuarios verán muchos cambios?
Es similar y además encontrarán programas que no tenían en Windows porque son muy caros. En Huayra, por ejemplo, hay un software para hacer animaciones en 3D que si tuviéramos que comprarlo saldría muy caro. También hay editores de fotos similares a Photoshop.
El procesador de textos de Huayra permite guardarlo en un formato de Word. En el pasado había grandes problemas de compatibilidad entre el software libre y el licenciado pero ahora todo ha evolucionado y ya no existen esos inconvenientes.
Las netbooks de Conectar Igualdad son de diez fabricantes distintos, y tuvimos que trabajar bastante para el desarrollo del sistema operativo, cuenta Javier Castrillo, responsable del proyecto Huayra Todavía nos falta un buen programa de Autocad 3D, pero tenemos Autocad en 2D. Pero tenemos son muchas herramientas de programación y de robótica incluidas dentro de Hayra.
¿Cómo se realizará la capacitación?
Las netbooks de nuestro programa, a partir de 2012, incluyen TV Digital abierta y allí incluye un montón de tutoriales y paso a paso para poder aprender a utilizarla.
Por otro lado, todas las instancias de capacitación que tiene Educar y el Ministerio de Educación van a tener cursos de Huayra tanto para alumnos como para docentes. Y ya se han formado comunidades de Huayra en Facebook y en Twitter que hacen su propia formación y su aporte a la comunidad.
¿Qué obstáculos tuvieron que sortear?
La principal fue la compatibilidad de hardware. Las netbooks de Conectar Igualdad son de diez fabricantes distintos y tuvimos que trabajar bastante para hacer funcionar nuestro sistema en todos los equipos. Después debimos luchar con los prejuicios que difunden los propios monopolios, que dicen que Linux es difícil, por ejemplo.
Pero ahora estamos muy entusiasmados porque las pruebas están saliendo bien y estamos dentro de los tiempos previstos.
¿Cuáles son los principales proyectos?
La primera etapa de Huayra es que funcione bien en todas las netbooks y en eso estamos abocados. Luego estamos pensando en que funcione en tablets y celulares.
También queremos trabajar para que la TV digital no sirva sólo para ver canales sino que podamos interactuar y brindarle, a través de ella, información útil para el ciudadano.
Y queremos fomentar el desarrollo para que los chicos programen, dándoles herramientas para que puedan programar aunque no sepan hacerlo, para que puedan, por ejemplo, hacer sus propios juegos con las características de su región, de su lenguaje, sus costumbres y que lo compartan con la comunidad.
El software libre en Conectar Igualdad
Huayra toma su nombre del vocablo quechua que significa viento, una analogía que los responsables del proyecto buscan reflejar con la filosofía del proyecto, relacionada con la independencia tecnológica y la libertad que ofrece el software libre. "Es una práctica habitual dentro de la comunidad para que cada programa esté ser representado por un animal. Linux eligió el pingüino, nosotros una vaca", explica Javier Castrillo.
El equipo de trabajo de Huayra consta de 13 personas, divididos en tres áreas: Desarrollo (programadores), Diseño (artistas, historiadores del arte, diseñadores gráficos) y Sistematización (Sociólogos y estadísticos).
Además de Huayra existe la iniciativa de la comunidad de software libre Tuquito, con sendas versiones para las computadoras de las iniciativas OLPC y Conectar Igualdad .
Fuente: lanacion.com.ar
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