“Si tenemos éxito, cambiaremos el principal sistema operativo del mercado”, dijo Shuttleworth dijo durante una pausa en la reunión, “Microsoft tendrá que adaptarse, y no creo que salga ilesa”.
Linux es libre, pero las empresas hacen dinero con el sistema operativo. Compañías como IBM, Hewlett-Packard y Dell ocupan Linux en más del 10 por ciento de los equipos que venden como servidores, y las empresas pagan a vendedores de software como Red Hat y Oracle, para solucionar los problemas y mantener sus sistemas Linux.
Sin embargo Canonical, la empresa que da soporte a Ubuntu, ha decidido centrar sus aspiraciones a corto plazo en los PCs utilizados por los usuarios en el trabajo y en su casa.
La noción de un fuerte competidor para Windows basado en Linux y, en menor medida de Apple ha sido un sueño permanente de los defensores del software libre. Sin embargo los usuarios de Linux han fracasado en su búsqueda de llevar a Linux masivamente al escritorio. Con Ubuntu se cree finalmente que esto podria ocurrir.
“Creo que la gente de Ubuntu ha capturado la imaginación de todo el escritorio Linux”, dijo Chris DiBona, el gerente del programa de software libre en Google. “Si hay una esperanza para el escritorio de Linux, serían ellos”.
Cerca de la mitad de los 20.000 empleados de Google utilizan una versión ligeramente modificada de Ubuntu, llamada juguetonamente Goobuntu.
Las personas que usan Ubuntu por primera vez lo encuentra muy similar a Windows. El sistema operativo tiene una interfaz gráfica, menús familiares y programas comunes en todos los sistemas de escritorio: un navegador Web, un programa de correo electrónico, mensajería instantánea y software oficina para crear documentos, hojas de cálculo y presentaciones.
Aunque es fácil de utilizar para alguien con conocimientos de informatica, Ubuntu (y todas las otras versiones de Linux) pueden desafiar el usuario medio. En Linux no se puede ejecutar algunas aplicaciones creadas para Windows, incluyendo algunos de los juegos más populares y software fiscales, por ejemplo.
Canonical ha tratado de resolver muchas de las cuestiones que han impedido llegar a Linux al escritorio de consumo. Esta atención al detalle contrasta con el enfoque de los mayores vendedores del sistema operativo, Red Hat y Novell. Si bien estas empresas cuentan con comunidades que hacen versiones de escritorio, han pasado la mayor parte de su tiempo enfocados en los centros de datos.
“Es algo que han hecho bien(Canonical) al igual que compañias como Apple y Google, no sólo construyeron una comunidad, sino una comunidad apasionada”, dijo Ian Murdock, que creador de Debian, distribucion de Linux en la que se basa Ubuntu.
Las principales empresas de tecnología lo han tomado en cuenta. Dell empezó a vender PCs con el software en el 2007, e IBM, más recientemente, comenzó a hacer de Ubuntu la base de un paquete de software que compite con Windows.
Canónical, con sede en Londres, tiene más de 200 empleados a tiempo completo, pero su fuerza de trabajo total se extiende mucho más allá, a través de un ejército de voluntarios. La compañía pagó a cerca de 60 voluntarios para asistir a su evento de desarrolladores, teniendo en cuenta los contribuyentes importantes al sistema operativo. 1000 trabajan en el proyecto Debian, 5000 se encargan de la documentación y difusión de Ubuntu en Internet. Y 38.000 se han inscrito para traducir el software a diferentes idiomas.
Muchos de los mayores clientes de Ubuntu han surgido en Europa, donde la posición dominante de Microsoft ha sufrido una intensa política de regulación y control.
Canónica recibe ingresos procedentes de contratos de soporte y de empresas como Dell que incluyen Ubuntu en algunos PC. En total, los ingresos anuales de Canónical se ubican en torno a los 30 millones de dólares, dijo Shuttleworth.
Esa cifra no preocupa Microsoft, pero Shuttleworth afirma que con 30 millones de dólares anuales la empresa es auto-sostenible, justo lo que necesita para la financiación de las actualizaciones de Ubuntu. “Un sistema operativo libre que se paga a sí mismo”, dice.
Se estima que 10,000 personas trabajaron en Vista, el sistema operativo de Microsoft, por un período de cinco años. El resultado de esta multibillonaria inversión ha sido un producto ampliamente criticado.
Canónical, por su parte, publica una nueva versión de Ubuntu cada seis meses, añadiendo características que aprovechan los últimos avances de los desarrolladores y los encargados de componentes. “Esta bastante claro para mí que el proceso abierto mejora las cosas”, dijo Shuttleworth.
“Mark es muy realista y fundamentalmente cree en el software libre”, dijo Matt Asay, un ejecutivo del fabricante de software Alfresco, “Pero creo que va a tener una crisis de fe en algún momento.”
Canónical no muestra signos de ralentización o cambio de curso. “Ya tenemos un sentido y es que tenemos que competir con Windows,” dijo Shuttleworth. “Ahora la pregunta es si podemos crear algo que sea elegante y espectacular.”
Dice que Canónical no es sólo un proyecto para hacer con el tiempo dinero y frente a Microsoft. Su visión es hacer de Ubuntu el estandard para el próximo par de millones de personas que adquieran computadoras.
Via: http://www.canonical.com/news
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